Si contamos con un terreno no muy fértil, o con macetas con una tierra empobrecida, o en todo caso queremos mejorar la fertilidad de nuestro terreno, la clave será incrementar la cantidad de microorganismos viviendo allí, de tal modo habrá también macroorganismos y el ecosistema se encargará de funcionar del mejor modo posible para que las plantas obtengan sus nutrientes y crezcan sanas y fuertes.
El campesino japonés Masanobu Fukuoka desarrolló una forma de pensar por la cual termina evitando el compost incluso, lo que él propone es fomentar la fertilidad del suelo evitando arar, arrojando acolchado vegetal (que funciona como un compost lento) y haciendo lo menos posible, imitando la naturaleza y confiando en sus fuerzas.
Pero, cuando estamos recién encarando un proyecto de Agricultura Natural el compost tradicional puede ser necesario al principio, tal como incluso Fukuoka admite, dado que de otro modo tendremos que esperar varios años para lograr una fertilidad óptima.
Aquí es donde el té de compost puede sernos muy útil, dado que es positivo desde cualquier punto de vista.
Viendo un video en youtube podemos aprender cómo hacer el compost. Lo bueno de este método es que no requiere preparar o comprar más compost: sólo tenemos que mantener un grupo de bacterias siempre vivas reproduciéndose, y el resto las podemos usar en la tierra.
Para lograr esto, lo que tenemos que hacer es obtener agua sin cloro. En las ciudades esto requiere tiempo, o recolectar el agua de la lluvia. En caso de que no hayamos podido recolectar agua de lluvia, llenaremos un balde de 5 a 10 litros con agua clorada, esperaremos 24hs y recién allí añadiremos un puñado de compost y algo de azúcar, puede ser una tasa o más. Esto alimenta las bacterias y permite que se reproduzcan mejor.
Esperaremos 24hs más para permitir la reproducción (aunque en otros documentos se habla de que el proceso puede durar de 1 a 3 semanas, y algunos hablan de 2 o 3 días), y cuando esté listo el té guardaremos sólo una pequeña porción del mismo (2 litros aproximadamente) para preparar el próximo té de compost. El resto lo utilizaremos en la tierra regando nuestros vegetales. Debemos olerlo antes de regar: si huele mal, no debe utilizarse.
La próxima vez, simplemente añadiremos el té que hemos salvado, luego agua sin cloro y esperaremos el tiempo prudente para obtener nuevamente un buen té de compost. De este modo, podemos mejorar la fertilidad del suelo hasta que no sea necesario utilizar más compost, mediante la devolución hacia la tierra de todos los residuos orgánicos que se produzcan en la huerta.
Yeah! ¿será que esta es la mágica forma para nutrir cultivos hidropónicos de forma orgánica?
Que linda info!
🙂
A mí me da la impresión de que en hidroponia usan otras cosas además… en todo caso el té de compost es útil xq renueva la fertilidad del suelo, pero en un contexto sin suelo, la cosa es diferente me parece. Fukuoka postula que la hidroponia, junto con los bonsai, son las formas más apartadas de la agricultura natural… yo no sé si es recomendable, salvo que no tengas espacio.
Si es cierto, mirando mejor es un fertilizante, aun estan faltando los minerales que necesitaria una planta sin suelo.
Coincido con Fukuoka, aunq tambien hay gente en las ciudades que les llama la hidroponia y ni ahi cultivarían en cajones de pollo en el balcón… por eso tengo la inquietud de si es viable hacerlo organico.