Cuando leemos información no especializada en Internet acerca de tal o cual fruta, podemos llegar a cuadros comparativos, cuadros nutricionales particulares, etc., que hablan de porcentajes de dosis diarias recomendadas, cantidad de tal nutriente en milogramos u otra medida. Pero lo cierto es que la cantidad de un nutriente determinado nunca es totalmente estable de un fruto a otro.
En un reciente artículo, informábamos sobre la enorme concentración de vitamina C en el fruto camu-camu, pero era bien notable la diferencia según el ejemplar del cual se hablara, entre 800 mg y 6000 mg cada 100 gramos, si bien en su mayoría la concentración de ácido ascórbico es de 2800 mg /100gr.
Bien, con las guayabas sucede algo similar. En este caso un interesante documento del “3º Simposio internacional de Guayaba y otros frutales de la familia myrtaceae” (pag. 46) expresa que se han encontrado entre 200mg a 500mg /100 gr de vitamina C en las guayabas, según el método fertilizante utilizado: fertilizando el suelo o mediante riego por goteo, respectivamente. Estos resultados hablan a las claras sobre cuál es el mejor método para producir frutos más nutritivos, al menos en el caso de las guayabas.
Más allá de la credibilidad que pueda tener este ensayo (al cual le creemos), habría que explorar otros sistemas de fertilización o en todo caso de “no-fertilización”, mediante la búsqueda y mantenimiento de un suelo fértil naturalmente, esto es, mediante abono vegetal, no escardado, no arado, buscando conservar y desarrollar todos los microorganismos del suelo. Quizá al principio sea necesario té de compost, y una vez que el ciclo de suelo sea fértil auto-regulado podría mantenerse mediante acolchado vegetal y nada más.