Leyendo el foro de frutales tropicales en inglés me entero de unos cuantos consejos para comenzar con un vivero. Y de todos ellos, el que más me interesa es uno de un mexicano que dice que, a pesar de ser él fanático de los frutales tropicales, no le queda otra opción que vender además otras cosas, dado que la gente comprará lo más conocido y lo que brinde satisfacción inmediata. Este hombre comenta que generalmente será la mujer la que decida comprar algo, y generalmente será una planta que dé hermosas flores.
Si tenemos frutales “raros” ya con fruta, se pueden probar y a los clientes les agrada, puede ser que se vendan, pero lo clásico tiene que existir siempre: cítricos (mandarina, naranja, pomelo, limón), caducifolios frutales de clima frío (con suficientes horas de frío) como manzanos, perales, ciruelos, guindos, cerezos, damascos, durazneros, etc., frutos del bosque como por ejemplo zarzamora, frambuesa, fresa (frutilla) y arándanos. Esos frutales son los básicos y tendrían que existir en cualquier vivero.
Luego los frutales tropicales podrían ser aceptados por alguna gente, pero tener en cuenta que el tema del clima local siempre es importante: una guayaba (psidium guajava) no sobreviviría en un área con temperaturas menores a -4º C, sin embargo, una feijoa (acca sellowiana o falso guayabo) se adaptaría perfectamente siendo que soporta -10 ºC, al igual que otros furales subtropicales como guaviyú, arazá (-8º C) o pitanga (-7º C).
Es crucial elegir un buen lugar para el comercio: sobre una calle o ruta importante será mucho más exitoso. Quizá no tiene por qué ser la principal calle de la ciudad, pero al menos una ruta en las afueras donde exista mucha circulación de vehículos, dará un buen marco para el proyecto siendo que la gente que posee casas-quinta y suficiente dinero para comprar plantas al por mayor transita esas rutas, y no sólo esa gente adinerada, sino también cualquier otra persona que salga de viaje, de paseo, etc. Lógicamente una buena presentación y un buen cartel ayudarán bastante.
Otro buen consejo es cultivar palmeras: “las plantás, las dejás al sol y te olvidás”, luego de un tiempo se venden bastante caras, son compradas por hoteles y gente adinerada. Quien dá el consejo fue improvizando y comprando los materiales cuando fueran necesarios, pero otras personas aconsejan planificar todo de antes, lo cual puede ser más costoso. Entonces dicen que tenés que incluir áreas sombreadas (50%) para dejar allí plantas injertadas, luego áreas menos sombreadas (25% de sombra) para ir acostumbrando los ejemplares a una vida más normal fuera del vivero. Esta última mediasombra no necesariamente tiene que ser sí o sí una mediasombra sintética, puede ser un techo de madera intercalado, o un buen árbol que dé mediasombra.
Un invernadero será también un clásico a incluir, con el objetivo de mantener allí frutales, florales y hortalizas sensibles a las heladas. Por ejemplo, cuando llega la primavera aquí en Junín podés conseguir unos plantines de tomate bien desarrollados: esas plantas seguramente fueron sembradas 5 meses antes durante el otoño y pasaron todas las heladas del invierno con el calorcito del invernadero.
No todo tiene por qué ser producido en el mismo vivero: generalmente los viveros compran a otros productores al por mayor las especies que no pueden o no quieren producir allí pero que tienen buena salida y las revenden a un precio razonable.
Cuando exista una compra masiva, será bueno contar previamente con un buen sistema de transporte. En fin son muchos los detalles, se puede comenzar de cero con todo comprado o ir comprando materiales y montando estructuras y eligiendo los espacios para diferentes actividades sobre la marcha. Lo que no debe faltar es el amor por la naturaleza y tener claro cuáles son los principales objetivos, realizar la actividad con optimismo y felicidad.
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