En esta temporada me he puesto como objetivo erradicar definitivamente la mosca de la fruta de mi jardín y del jardín de los vecinos que poseen frutales sensibles a tal “plaga”: ciruelos, durazneros, etc.
Acá en mi patio el problema es con las guayabas, sete capotes, arazá rojo y otras frutas que son picadas por este maldito insecto y luego caen podridas al suelo junto con los gusanos que se comen la pulpa, ingresan a la tierra, se transforman en larvas y luego salen volando nuevamente en forma de pequeñas moscas amarillentas para disfrutar de “nuestros” frutos.
La clave está en cortar el ciclo, ya lo he escrito varias veces aquí en el sitio huertasurbanas, existen multitud de métodos que, combinados, deberían ser bien efectivos. El que estoy aplicando ahora es el que me ha resultado mejor: el año pasado de este modo logré cosechar cientos de duraznos del jardín frontal, en el cual había puesto nylon y piedritas que impedían a los gusanos entrar o salir del suelo, con lo cual todos murieron y dejaron en paz al duraznero.
Además es algo que decora el jardín y queda lindo. Compré 3 bolsas de piedras (tenían de las marrones solamente, cosa que me gustó aún más que las negras) en el corralón amigo, me costaron $120 y cubrieron 2 metros cuadrados.
Cubrí con nylon de esas bolsas de basura grandes que son buenas y bien fuertes, agregué piedras y luego completé el resto de la superficie con el mismo nylon de las bolsas en las que vinieron las piedritas: esto también mata los yuyos e impide a la gramilla propagarse, además mantiene la humedad en la tierra y es menos necesario el riego.
Hace 1 mes había regado debajo de todos los frutales afectados con oleato de potasio, pero no estoy seguro de que ese insecticida orgánico vaya a ser 100% efectivo matando los gusanos, así que, ante la duda, preferí ir a lo que ya sé que funciona.
Ahora resta cubrir las superficies debajo de la guayaba tropical, el peral, el falso guayabo, el sete capotes y la uvaia.
No necesitaré hacer el mismo para los frutales que son inmunes a la mosca -al menos lo son en mi jardín-, tales como las pitangas, los jaboticabas, paltas, limoneros, chirimoya, cerella, guaviyú y otros.
Cuando llueva y las piedras se limpien, se verán más lindas, es un método positivo en casi todo sentido y es barato. Reportaré a fines del verano qué tal fueron las cosechas y si logramos comer frutas sin gusanos…