Si recuerdo que hace apenas 5 años no cultivaba nada ni había emprendido aún mi búsqueda en la virtualidad de Internet para encontrar especies nativas comestibles, debería estar más que contento con lo conseguido: he cosechado un sinfín de frutos, comido hojas de árboles como la moringa o el baobab, pétalos de flores de feijoa (guayaba serrana o falso guayabo), he conseguido decenas de frutales nativas incluso muy raras (psidium australe, p. guineense, myrciarias desconocidas, etc.), algunas exóticas del amazonas (biribá, jaboticaba azul, chamba), de los Andes (chirimoya, chachafruto, tamarillo) y regiones aún más lejanas (raisin tree, pawpaw, natal plum, grewia tenax, palta hass injertada, etc.) y disfruto de todo lo que tengo, maravillado no sólo con lo que las plantas dan para el paladar (aún no pudiendo abastecerme al 100% ni mucho menos!), sino también con su belleza en flores, perfumes, brotes, formas, brillos, texturas, actitudes: los árboles en general desbordan de gracia y son seres vivos que parecen tener muy claro dónde van y cómo vivir en este planeta, son claramente superiores a cualquier obra de arte… una expresión soberbia del universo.

Pero aún así, dándome por satisfecho, vuelvo a revisar la flora de Brasil y quedo anonadado. Reseño en brevedad aquí lo que más me ha interesado viendo el listado de especies del sitio e-jardim:

¡Tienen una campomanesia roja intensa! Es como una guabiroba de las comunes que cultivo en mi jardín pero en vez de dar un fruto naranja lo hace en un rojo bien fuerte:

Helton también ha adquirido esta especie, aunque los frutos se ven de un tono diferente, quizá por el horario del día, lente de la cámara y/o estado de maduración:

Nunca pensé que vería una eugenia que fructifica en el tronco del árbol, como un jaboticaba (aunque dicen que el sabor es suave, vale la pena por su rareza):

Otra eugenia se destaca por su tronco increíblemente rojizo:

El fruto no se ve muy lindo pero dicen que es de buen sabor:

Lakoocha no es de Brasil, sino de India, pero lo interesante es que da frutos masculinos y femeninos irregulares, se adapta bien a climas subtropicales, crece rápido y es como un jackfruit o un kiwi a nivel sabor (aunque la semilla no se come):

Campomanesia laurifolia: dicen que es una de las campomanesias de mejor sabor junto con la chamba (c. lineatifolia), pero lo más interesante para mí es que su gruesa cáscara impide el paso de la mosca de la fruta!

Las frutas nativas han formado parte de la historia del país de la samba, por ejemplo la “fruta do imperador” era la preferida de Pedro I y Pedro II, es una especie hermana del abiú de sabor dulce, agradable, suculento.

Viendo ese video nos enteramos de que existe un árbol de Chrysophyllum imperiale centenario en el jardín botánico de Buenos Aires detrás del edificio central. Sería bueno visitarlo cuando tenga frutos dado que en todos lados leemos que son muy sabrosos. Además estamos hablando de una especie extinta en su hábitat natural que debe ser protegida.